
NUESTRA HISTORIA
(1922-2023)
En el siglo XIX la mayoría de la migración española, como elección de vivir, eligieron América, Argentina, era la gran promesa. Para Europa, en cambio, fue la válvula de escape para sus problemas económicos y demográficos.
Argentina los recibió con el corazón y los brazos abiertos, y les dio la oportunidad de vivir para tener un futuro en paz y libertad.
Este nuevo mundo creó nuevas necesidades y las colectividades se fueron instalando con fuerza. Surgieron Instituciones regionales de ayuda mutua, desde donde se podía aprender idioma y cultivar sus danzas tradicionales, luciendo su ropa típica del lugar de origen. No faltaba el teatro y su gastronomía, fortaleciendo las instituciones que representaban.
La mayoría de esos inmigrantes se sentían tironeados por su lealtad a su patria, pero también a la nueva, en la que ya nacían sus hijos, unificando culturas.
Esas actividades tan conservadoras no siempre eran aceptadas en los hijos.
El gobierno nacional pretendía unificar toda esa diversidad cultural. Se ejercía el mutualismo con un sentido profundo de solidaridad que se ejercía a través de instituciones desinteresadas.
La construcción del recuerdo histórico es un elemento que posibilita un aprendizaje valioso para las nuevas generaciones que solo les resulta posible conocerlos a través de la palabra o lo escrito.
Lo que acompaña esta idea es hacer o preservar la memoria de este “centro Salamanca”. Donde el pasado, con el aporte inmigratorio, fue importante por la influencia cultural en su interacción diaria.
Es positivo leer a los que han dejado su huella y a los que expresan sus aventuras, a quienes alcanzan conocimiento que desean transmitir a las siguientes generaciones. Los sentimientos colectivos son los comunicantes que relacionan y vinculan.
En 100 años de permanencia hay una historia, pero esa historia está en cada una de las personas que dejaron lo mejor de si por el engrandecimiento de la institución y manteniendo los valores culturales por los cuales fue y se plasmó su fundación.
Un grupo de salmantinos impulsados por el amor a su tierra, a su gente y sus recuerdos, tenían como proyecto fundar un centro como representación de Salamanca; luego llegaron los roles, las ideas.
Y así fue como el 22 de junio de 1922, se pudo formalizar oficialmente en la secretaría del periódico “La Tribuna Española” (situada en Perú 175), siendo su denominación “Centro Salmantino”. Su presidente fue Matías Sánchez.
Los proyectos eran nobles de confraternidad hispano-argentina.
En su primer momento no tuvieron el resultado deseado, pero poco a poco, lograron entusiasmo y simpatía, que permitió la inscripción de numerosos asociados y hacer partícipe a todo salmantino que se acercaba al lugar.
Se realizaban veladas artísticas y agradables tertulias. Muchos de los que frecuentaban el lugar extrañaban y añoraban sus costumbres de su lejana tierra.
Poco después de su fundación, la sede social fijó domicilio en la finca situada en la calle Combate de los Pozos 1042. Allí se fundó su propia biblioteca denominada “Gabriel y Galán”.
Fue rápida la inscripción de numerosos socios serranos, Bejaranos, Ledesminos y otros pueblos.
Todo salmantino que se acercaba, unía esfuerzos para cooperar, dejando de lado alguna que otra enemistad.
Un año después (1923), se constituía otro centro salmantino. Esta sociedad se llamó “Unión Mutual de Vilvestre”. Su presidente fue José Sánchez Fernández.
Esta sociedad salmantina llegó a tener la personería jurídica otorgada por el superior gobierno, para después ser inscripta en mutualidades N° 82.
El centro salmantino, en 1925, fijó su domicilio en la calle Belgrano 885. Según registros, ese mismo año tenía como presidente a Juan Panchuelo.
En ese mismo lugar, se publica como órgano periodístico la revista “Salamanca”, alcanzando elogios que los honraban. Fue presentada con un acto que congregó asociados y una fiesta de camaradería encontrándose con paisanos y recuerdos del terruño.
Usó la palabra su presidente juan Pachuelo, que alentó el acercamiento hispano-argentino y una mayor unión de los salmantinos.
Este centro salmantino tenía como beneficio a los socios con cuota al día la asistencia médica, ayudas económicas y en casos de enfermedad, fallecimiento o impedimento para trabajar.
Los consultorios médicos funcionaban en independencia 1463, pasando primero por secretaria a retirar la orden médica.
Continúa 1925, se convoca a una asamblea extraordinaria, esta fue en la Unión Patriótica Española, la que fue cedida gentilmente.
Esta asamblea tuvo el propósito de estudiar y sancionar reformas en el Estatuto, para una mejor consolidación en la marcha de una asociación.
En dicha asamblea, surgió la necesidad de tener un secretario rentado, debido a la demanda de trabajos especiales.
Otro acuerdo, fue el de otorgar un carnet a cada socio acreditándolo como tal.
Debido a la poca concurrencia, se volvió a realizar en la sede social (en la calle Belgrano), y así se completaron algunos cargos. Además, ciertas discrepancias motivaron la expulsión de algunos integrantes, acusados de fomentar la creación de una nueva entidad.
Así fue como un grupo de esta asociación fundó otro centro llamado “Círculo de Salamanca”; su presidente Manuel De Celis. Con una revista llamada “Salmantida”.
Esta entidad, gracias al vicario Isidoro Pereyra de San Javier, Santa Fe, logra su primer estandarte confeccionado por las esclavas del Sagrado Corazón, residentes en esta ciudad.
Su madrina, Margarita De Celis, fue la precursora de los bonos pro Bandera.
Un 1° de mayo de 1938 el Centro Salamantino y Círculo Salamanca se volvieron a fusionar. Acordando ser una sola entidad y la denominación final “Centro Salamanca”. Como presidente Domingo Sánchez.
Realizando este acto, se contó con la presencia de dos presidentes de instituciones amigas como “Centro Ávila“ y “Centro Numancia”, demostrando cordialidad entre las tres instituciones.
Luego esta Comisión directiva, cumplió con una serie de veladas artísticas y fiestas campestres en Villa Carapachay- Olivos.
Las veladas artísticas se realizaban en salón Lago Di Como, donde se presentaban obras de teatro dirigidas por José De Celis, en las cuales no faltaba el baile, orquesta musical, y cada tanto aparecía el tamboril.
Más adelante, se abrió una caja de ayuda mutua cuyos fondos se harían con un 20% de las entradas a los festivales.
Fueron abiertas subscripciones como ser la de equipar los muebles necesarios para la secretaria.

El Centro Salamanca y los centros amigos “Centro Ávila” y “Centro Numancia”, comenzaron a tener el mismo problema, que era la necesidad de arrendar una propiedad más cómoda y que reuniera las condiciones necesarias para sus actividades.
Fue así que las instituciones compartieron una nueva casa llamada “Casa Castilla”, encontrándose ubicado su domicilio social en la calle Chile 1152.
En esta sede se celebraban reuniones familiares y contaba con una biblioteca.
En 1944, ambos centros amigos se desvincularon quedando la administración total en el Centro Salamanca.
Anteriormente, en 1941, el Centro Salamanca forma un organismo autónomo, pero bajo control de la comisión directiva. Esta sociedad se fundó con el nombre de “Mutualidad Salmantina”. Con el paso del tiempo no logró continuidad.
En la nombrada casa de castilla, que contaba con ciertas comodidades necesarias para las reuniones de la comisión de fiestas del centro y el centro Vilvestre, todos juntos se presentaban donde fuera necesario. Se editaba entonces la revista Salmantida, cuyo Director era José Sáenz Manes.
En 1950, la comisión directiva, inició la gestión para que se dé el nombre de Salamanca a una plaza o calle de esta ciudad, por la cual fue citado el señor Moneo para reponer sellado y formalizar el expediente.
Como pasaron los meses y sin noticias, el señor Moneo, se dirigió en una carta particular al presidente Juan Domingo Perón. Esta fue contestada por Juan Duarte y comunicando la siguiente resolución:
“Visto lo solicitado por la institución centro Salamanca, se le comunica a usted que su pedido fue entregado a la nueva comisión de cultura. Esperamos que será atendida vuestra solicitud “
Esta plazoleta está ubicada cerca del monumento a los reyes católicos (Ciudad de Buenos Aires).
Ya en 1952, la unión entre La Mutual de Vilvestre con el Centro a Salamanca era cada vez mayor, compartiendo festivales y con un mismo fin.
La sub comisión de fiestas, dirigida por Juan Alonso, el grupo de danzas folclóricas de Paleos, danza regional de Salamanca, se presentó por primera vez en el centro Asturiano. Fueron acompañados por la reina del Centro Salamanca.
En esa misma fiesta, se le hizo entrega de un traje charro a la señorita Lolita a Torres, la cantante que interpretó la canción charra de Salamanca cuyo autor fue el consocio salmantino Gerardo Gonzales.
Los jóvenes que componían el cuerpo de danzas disfrutaban con entusiasmo sus “jotas”, Paleos, el baile del Cordón, bailes originarios de las comarcas salmantinas.
En esta subcomisión de fiestas también se había organizado un coro que era dirigido por Juan Carlos Sierra, autor de la letra del himno del Centro Salamanca. Como pianista fue el maestro Quíntelo.
Himno del centro Salamanca
De las tierras del tormes al Plata
Salamanca tus hijos de ayer
Nos trajeron las leyes más sabias
La nobleza, la luz y la fe.
Hoy tus hijos prosiguen la causa
Bajo el signo de un mismo ideal
Ensalzarlo la patria lejana
Y venerando esta tierra de paz.
Agrupados bajo tu estandarte
Portadores de la hispanidad
Son tus charros docta Salamanca
Que en tu ausencia te saben honrar.
Es tu nombre inmortal en la historia
Que a tus hijos infunde valor
Con tu escudo flameando al viento
Orgullosos haremos al Centro
Hogar sacro de todo español.
Juan Carlos Sierra
En 1955, la Unión Mutual de Vilvestre se fusiona con el Centro Salamanca aportando la personería jurídica que ya poseían y un patrimonio de 2 terrenos. Ambos Centros consideraban que debían ser un único centro representativo de la colectividad Salmantina.
Fue un acontecimiento muy importante que sirvió para darle un gran impulso en cantidad de socios.
Luego de una gran asamblea, quedaron de acuerdo en no cambiar su denominación que ya estaba desde 1938 “Centro Salamanca”. En dicha asamblea, quedó como presidente José Sanches Fuentes, como secretario Ramon Flores, y como tesorero Enrique Rebollo. Todos unidos en un mismo proyecto: poder adquirir la casa propia.
Para ello, contaban con fondos ahorrados en diferentes festivales y el lanzamiento de “Pro bonos Casa propia”, donde se destaca la colaboración de muchos artistas de ese momento en la colectividad española: Lolita torres, Eladia Blázquez, María Alexandra, Angelillo, y los maestros Zarzoso, Quinquela y Juan Carlos Sierra.
En 1958, llego el momento para concretar el proyecto. Fue en el barrio San Cristobal en calle Independencia 2540. Esta gran oportunidad fue una Casa teatro cuya construcción había sido realizada en 1911 por la colectividad italiana. Esta había sido funcional a una escuela de mujeres dirigida por la sociedad feminista margarita de Saboya.
Estas salas se encontraban en la parte superior del edificio.
Los vendedores de esta propiedad fueron francisco Tomasini y María Raggieri de Zuchi.
Anteriormente, funcionaba un lugar administrativo de la Fundación Eva Perón, y se utilizaba para alojar dependencias de esa cartera.
Una vez que el centro se hizo cargo, muchos socios activos trabajaron rápidamente para dejar desalojados todos los espacios con pertenencias que habían sido dejadas por dicha fundación.
La comisión directiva en funciones, tenía nuevos proyectos para el agrandamiento de la institución: comprar un predio alejado de la capital para tener un lugar de esparcimiento, pensando en sus futuras generaciones, receptores de sus valores culturales.
En 1968, se concreta la idea. En la zona de Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, compran un terreno de 8406 mtrs2, con entrada y salida a dos calles: El frente por calle Morelli N° 3678 y el fondo posee una entrada por la calle Lezica.
El lugar tenía un chalecito, una pequeña pileta, un molino de viento y un gran tanque de agua en el que se podía disfrutar de los días de verano. Además, disponía de un quincho, que hasta el día de hoy se conserva.
Este predio había sido una de las tantas quintas de la zona. Nuevos socios activos cercanos a este lugar se incorporaron colaborando con lo que fuese necesario y ofreciendo alguna donación.
Con el fin de poder contar con fondos para cubrir los gastos y lograr transformar el lugar en un centro deportivo, se vio la necesidad de tener nuevos socios adherentes. No todos los socios estaban de acuerdo, ya que eran más conservadores con sus ideas y tenían cierta resistencia hacia los nuevos socios que tendrían costumbres diferentes a las que estaban acostumbrados.
Fue un cambio generacional muy importante. Los nuevos socios se integraron poco a poco disfrutando del lugar y con el tiempo, demostraron un gran sentido de pertenencia ofreciéndose a colaborar en romerías y aniversarios. Incluso los jóvenes integraban el cuerpo de danzas y representaban a la colectividad española y a este Centro Salamanca en el tradicional Teatro Avenida.
Con el tiempo, el campo se fue transformando en un completo campo deportivo: se construyó su frontón de pelota a paleta, una pileta de natación, canchas de tenis y 2 canchas de Bochas. Además, un gran salón con parrillas y mesas al aire libre.
Todo era disfrutado los fines de semana por familias y amigos. Se realizaban entretenimientos como la búsqueda del tesoro y torneos deportivos internos. Todos los mayores y jóvenes pasaban días agradables.
En alguna que otra fiesta, nunca faltaba el presidente o algún miembro de la comisión que, desde el escenario pedía con firmeza colaboración y donaciones de materiales para las obras en construcción. Más de un socio activo también colaboraba físicamente en dichas obras los fines de semana.
Mientras la sede capitalina permanecía inhabilitada por falta de restauración, en este campo se construyó una sala de reuniones para los días domingo. Así, el presidente Manuel De Celis (hijo) pidió formar una subcomisión de damas, que fueron de gran ayuda para la organización de fiestas.